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jueves, 21 de junio de 2012

EL DESHIELO EN GROENLANDIA HA ELEVADO EL MAR 7 CENTÍMETROS



Los satélites del Experimento de Recuperación Gravitatoria y Clima (GRACE, por sus siglas en inglés) han conseguido medir con precisión desde el espacio el derretimiento de los glaciares de Groenlandia, según los datos revelados este viernes por el Centro de Investigación Alemán de Geociencias (GFZ), justo cuando se celebra el décimo aniversario de estos satélites gemelos.
El escudo de hielo de Groenlandia tuvo que hacer frente a una pérdida de 240 giga-toneladas de masa entre 2002 y 2011; lo cual se correspondió con un aumento del nivel del mar de alrededor de 0,7 mm por año, es decir 7 centímetros en el conjunto del periodo. Estos datos se conocen gracias a las mediciones de alta precisión de la misión GRACE, cuyos registros resultaron en una imagen exacta, sin igual hasta la fecha, de la gravedad de la Tierra.
Una de las leyes de Newton establece que la gravedad de un objeto depende directamente de su masa: “cuando cambió la masa de hielo de Groenlandia, lo mismo ocurrió con la gravedad”, explica el doctor Frank Flechtner, del Centro de Investigación Alemán de Geociencias GFZ, quien explica que “las mediciones sobre la gravedad, realizadas por GRACE, nos dan información sobre los cambios en la masa, incluyendo los relacionados con el clima”.
Durante la última Edad de Hielo, una capa de hielo de kilómetros de espesor cubría América del Norte y Escandinavia; desde que este hielo se derritió, la corteza, ahora liberada de su carga, sigue en aumento hasta nuestros días, lo que ha causado que el flujo de materiales en el interior de la Tierra, en el manto, tenga que reponerse. Con GRACE, pudo detectarse, por primera vez, este ajuste isostático glacial, como un cambio en la altura del geoide: así, la Edad de Hielo sigue teniendo efecto en el planeta, lo cual es especialmente evidente en América del Norte y Escandinavia.
 
Sí, el cielo se desploma sobre nuestras cabezas
En efecto, el ancestral miedo de que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas se está haciendo realidad. Pero, por supuesto, no es exactamente el cielo lo que cae, sino las nubes. Un satélite de la NASA ha descubierto que las nubes de la Tierra están cada vez más bajas. En concreto, han perdido un 1% de su altura -de 30 a 40 metros- a lo largo de la última década. Este fenómeno tiene implicaciones potenciales para el clima mundial en el futuro. Según los científicos, de continuar este proceso, nuestro planeta podría enfriarse de manera más eficiente, reduciendo la temperatura de la superficie del planeta y «ralentizando potencialmente los efectos del calentamiento global».

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